Saturday, January 31, 2009

La reciente elección de Barack Obama como presidente de los Estados Unidos fue el resultado de una campaña política que se puede mirar como una verdadera lección cívica de la que los costarricenses podemos aprender. Dejando de lado el optimismo que ha generado el nuevo presidente electo en buena parte de la población mundial, pues su futuro gobierno da una luz de esperanza ante la inquietante situación económica actual del gigante país, el camino al poder del partido demócrata ha sido un ejemplo a seguir en muchas de sus particularidades. Proyecto conjunto. Para empezar, la idea de unión ciudadana sin distingos de ningún tipo inspirada en la lucha común; el sólido poder del pueblo, hizo cambiar el concepto de ‘un candidato superdotado’, capaz de resolverlo todo, por el de ‘todos nosotros’ que, juntos y solidarios, podemos lograr lo inimaginable. Obama ha sabido muy bien cómo hacer sentir a todos responsables de su futuro, alejando de la mente al estado paternalista cuyos fracasos recaen de plano en el presidente de turno. El cambio está en la mentalidad de cada uno. Pequeñas contribuciones. Nos enseña también la reciente campaña, que se puede acumular fortunas con pequeños aportes de muchas personas, como decía Atahualpa Yupanqui: “…la arena es un puñadito, pero hay montañas de arena.” Cada pequeña contribución fue sumando hasta alcanzar uno de los mayores financiamientos de campaña recordados en Estados Unidos, de manera clara y transparente, impulsado desde una página electrónica convincente, bien intencionada y eficaz, en la que el propio candidato acerca su discurso al votante de forma directa, sin interpretaciones dudosas, es decir, sin intermediarios. Lo que ahí se dice es la voz misma del candidato pidiendo recursos para alcanzar el sueño común, no para quejarse de nada, ni para aceptar sumas comprometedoras que se puedan traducir en futuros favores, sino para convencer de que entre todos es posible. Esos pequeños aportes recuerdan el impulso que entre todos los ticos le dimos a la cantante María José para ponerla, como lo hicimos, en la cumbre de su proyecto profesional. Dignidad en el triunfo y la derrota. El brillante discurso de Obama luego de conocer el resultado fue tan esperanzador como el de su contrincante el senador McCaine, discursos que muchos de nuestros políticos deberían leer y releer todos los días, especialmente aquellos políticos que ante la derrota nos amenazan con una oposición irreductible, aquellos que en su discurso de aceptación prometen sin tapujos que no van a permitir que las ideas del contrario conduzcan el país. McCaine nos dio un ejemplo de de humildad; al resaltar en ese duro momento las virtudes de su opositor, de respeto; cuando destaca que su antiguo rival será su nuevo presidente, y de integridad; al aceptar su derrota como algo personal, mientras el verdadero ganador es el pueblo al cual exhorta a unirse y colaborar para llevar a buen puerto las decisiones de la mayoría, ¡Gran ejemplo! Por su parte, Obama elogia la entereza de su contendor, demostrando que reconoce sus buenas intenciones, su amor a la patria, esa entrega que lo ha convertido en un eterno servidor sacrificado. Todos ganan. No sólo hemos sido testigos de un momento histórico sino que debemos echar en nuestro saco el conocimiento, la madurez y la nobleza con que se ha llevado esta campaña. Es difícil encontrar una contienda en la todos ganen, ésta, la campaña entre Barack Obama y John McCain parece ser una de ellas. Grandes enseñanzas puede dejar a los políticos y demás ciudadanos costarricenses.

Lic. Carlos Guzmán
Músico
Director Grupo Gaviota
carlos@grupogaviota.com